MENOTTI, EL REFUNDADOR DEL FÚTBOL ARGENTINO

En medio de la final de la Copa de la Liga se conoció una tristísima noticia para nuestro fútbol: César Luis Menotti perdió la vida. El entrenador de la selección campeona del mundo en 1978 fue el refundador de nuestro fútbol, bajo el lema de reivindicar “la nuestra”. Surgido en Rosario Central y con pasado en Racing, además de ser entrenador de Huracán, Boca, River e Independiente. Sin dudas, una de las pérdidas más importantes de nuestro fútbol.

Menotti se coronó campeón con Huracán en 1973, con una especie de fútbol total: ganó 19 partidos, empató 8 y perdió 5, lo que le permitió llegar a los 46 puntos, cuatro más que Boca. En este contexto, la Asociación del Fútbol Argentino, que tenía a David Bracutto como interventor, llamó al entrenador para que se haga cargo de la Selección Argentina.

El combinado nacional tenía por delante la realización del Mundial 78’, lo que significaba una gran oportunidad para conseguir el tan ansiado título de mundo. Argentina, en 1974, conducida por Vladislao Cap, quedó eliminada en segunda ronda y perdió de forma categórica ante Países Bajos. Previamente, en 1958, se produjo la tragedia de Suecia, con la eliminación en primera ronda. En 1960 perdió nuevamente en fase de grupos y en el 64’ se quedó con las manos vacías en cuartos de final ante Inglaterra, en un encuentro polémico. Además, en el 70’ ni siquiera pudo clasificar.

En este contexto llegó César Luis Menotti a la selección nacional, con una obligación clara por delante: ganar el Mundial que se iba a disputar en nuestro país. Para eso, el entrenador desarrolló un plan a largo plazo de cuatro años. Como Argentina ya estaba clasificada, se realizó un proyecto integral en todas las provincias del país, donde el combinado nacional enfrentó a un combinado provincial.

Fue allí donde Menotti encontró varios jugadores que fueron claves para el seleccionado nacional, como José Daniel Villa, que jugaba para Talleres de Córdoba y disputó el Mundial. Pero claro, había otro objetivo: darle una identidad a la Argentina. Luego de la catástrofe de Suecia 58’, todo el fútbol argentino entró en decadencia. Principalmente, se intentó copiar lo realizado en Europa, donde se trajo hasta árbitros de aquel continente.

Entonces, se entró en una decadencia y merma total, donde nuestro fútbol no podía competir contra las principales potencias. En paralelo, Brasil ya había conseguido tres mundiales, Uruguay dos. Es por eso que había una necesidad urgente para que Argentina se corone campeona del mundo.

Fue allí donde Menotti decidió volver a las bases: reinventar la nuestra. Primero, priorizar la gambeta, el uno a uno, lo criollo. Dejar atrás el fútbol defensivo al que se había implementado en los años anteriores, para darle espacio a un estilo más ofensivo, que tenía al matador Mario Alberto Kempes como estrella y figura. También contaba con Ubaldo Fillol bajo los tres palos que se transformó en su arquero insignia, por más que peleaba el puesto con Hugo Gatti. Junto a Daniel Pasarella, como el káiser de la defensa.

Menotti creó su propio estilo de juego, reinventó nuestro fútbol. Logró que Argentina lograra su primer mundial, en su casa, más allá de la participación de la dictadura militar entre las sombras. Luego, revalidó lo demostrado un año después, al quedarse con el Mundial Juvenil en Japón, con Diego Maradona y Ramón Díaz como figuras. Sin dudas, una pérdida muy importante para nuestro fútbol.