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EL PLAN PARA PRIVATIZAR LOS CLUBES

Es el deseo de Javier Milei y Mauricio Macri: privatizar los clubes de fútbol. ¿Cuál es el plan a llevar adelante?

Cada vez quedan menos puntos positivos para el Gobierno de Javier Milei. El estancamiento de la economía, la inflación incesante y el pésimo humor social son solo algunos de los parámetros de todo esto. Además, se le suma un punto clave: el plan que quiere llevar adelante para privatizar los clubes.

Creo que hay una coincidencia general: nadie, al 100%, está en contra de las SAD, pero con una condición. ¿Cuál es? Que los empresarios se creen su propio club y que sea Sociedad Anónima. A nadie le molestaría eso. Pero no: quieren comprar a los clubes, su rica historia, y quedárselo para beneficio de unos pocos.

El punto más claro que corre en estos días es Independiente. El presunto interés del City Group, que tiene a Sergio Agüero como principal estandarte, se hace cada vez más fuerte. Desde el verano que vienen instalando el tema. Además, la simpatía que hay entre el Kun y el presidente es notorio, sumado a las relaciones que existen entre Carlos Tévez y Mauricio Macri.

El plan para privatizar los clubes es sencillo: que quiebren. Lejos estamos en el panorama que había en el 2004, con el 30% de las instituciones con pedidos de quiebra en el fútbol nacional. Sin embargo, la creciente cantidad de aumentos en los servicios significa un grave problema para todos los equipos de nuestro fútbol.

Privatizar los clubes: ¿por qué fracasó en la Argentina?

Son muchos los clubes que fueron privatizados en el país. Un ejemplo fue Mandiyú de Corrientes, que jugó 8 años en primera división. Sin embargo, desapareció en 1995 y tuvo que ser refundado, como Deportivo Textil Mandiyú. Asimismo, en el 2001, el Excel Group se hizo cargo de Quilmes con el objetivo de devolverlo a la Primera División: el operativo fracasó y cuando vio que no podía recuperar la inversión, dejó la institución.

Sin embargo, el caso más recordado está del otro lado de Avellaneda. Luego de que Racing decretara la quiebra en 1999, Blanquiceleste S.A. se hizo cargo del equipo académico. En el recuerdo quedó el campeonato del 2001. Sin embargo, los negocios turbios, la pésima compra de jugadores y el flojo rendimiento en los torneo, culminó con una premisa: el remedio fue peor que la enfermedad.

Es que las deudas de Racing, lejos de saldarse, fueron incrementándose. Tal es así que las actividades deportivas amateurs dejaron de tener relevancia. Asimismo, el equipo terminó peleando la promoción para no descender y necesitó que el mismo Racing le prestara plata a la empresa para pagar los sueldos. En el 2008, Blanquiceleste S.A. quebró y se fue de Racing.

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