Este jueves se iba a llevar adelante la reunión de Gabinete, como se hace habitualmente. Sin embargo, quedó suspendida “por cuestiones de agenda”. ¿La agenda? Es más que clara: evitar la sesión del DNU: hoy a las 11 comenzaría la sesión que busca desregularizar la economía del país.
En este contexto, tanto Javier Milei, como sus ministros, trabajaron hasta altas horas de la madrugada para evitar el rechazo del DNU. Es que, en caso de que no se apruebe, será un golpe durísimo para su Gobierno, que quedará desestabilizado.”La oficina del Presidente expresa su preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política”, sostuvieron por la noche. Este comunicado apunta fuertemente hacia Villarruel.
De esta forma, la reunión de Gabinete no iba a estar centrada en la escalada de violencia en Rosario, ni en el temporal del AMBA. Al contrario, iba a estar enfocada en el debate parlamentario, porque puede poner en riesgo gran parte del oficialismo. Es más, en caso de no obtener la media sanción, se dividirían aguas entre Milei y Villarruel.
Cabe destacar que la crisis entre Milei y Villarruel tuvo una gran escalada en la suba de las dietas de los legisladores en un 30%. Si bien Martín Menem lo hizo ni bien el presidente pidió cancelarla, Villarruel tardó cuatro días. No conforme con eso, también intentó defender esa suba y marcó distancia con Milei.
Por eso, la incorporación de la discusión del DNU, algo que la oposición reclamaba desde el comienzo, generó un fuerte cimbronazo dentro del partido. Principalmente, al Poder Ejecutivo Nacional, que pretendía postergar el debate. En total, se necesitan 37 votos afirmativos para ratificarlo o denegarlo. El peronismo ya tiene 33 a su favor y la UCR cuenta con 13 bancas, que van a definir la aprobación o el rechazo.