EL CONICET: SU IMPORTANCIA Y LA PRIVATIZACIÓN DE MILEI

Las declaraciones del candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei, generaron mucha polémica. Entre ellas, la eliminación del CONICET, para que “pasen a manos del sector privado”. Sin embargo, esto sería un gran error, suceso que cometió Argentina en décadas pasadas, donde se produjo la famosa “fuga de cerebros” en la década del noventa. Un error que se puede volver a cometer. Por eso, es importante reconocer que el el rol clave del CONICET y su importancia es muy valiosa, y estratégica.

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, sostuvo que “Milei muestra una ignorancia enorme y la vocación colonial de su proyecto de país. Lo que no produce nuestra gente hay que comprarlo afuera y, cuando uno compra, la mayor parte de los recursos se van del país. los países que él debe admirar y que llama libres son los que más invierten en ciencia y tecnología”.

para que lo escuchen los del conicet pic.twitter.com/pNOvHHuZB2

— matias (@matiasbassan23) August 15, 2023

Bajo esta misma línea se pronuncia la economista italiana, y directora del Instituto para la Innovación y Propósito Público de la University College London (IIPL), Mariana Mazzucato: “Debemos ser ambiciosos con el sector público, tal como lo somos con el sector privado. Sabemos que el sector privado crea valor y pensamos que el sector público simplemente está ahí para arreglar las fallas del mercado y redistribuir el valor creado por el sector privado”.

Sin embargo, Javier Milei tiene una mirada muy distinta sobre este tema: “¿qué productividad tienen?, ¿qué han generado los científicos?, su aporte en el desarrollo económico y progreso social no se nota”.

Milei quiere que Argentina sea potencia, pero no actúa como una potencia

Es importante demostrar al CONICET y la importancia que tiene. Según datos de la UNESCO, los países que más invierten en Investigación y Desarrollo son todas potencias mundiales: el primer lugar lo ocupa Estados Unidos, seguido muy de cerca por China y la Unión Europea. Un poco por detrás está Japón y Alemania, que se encuentran con el cuarto y quinto puesto. Argentina, en el 2013, se encontraba en el puesto 35 del ranking.

Entonces, ¿por qué no invertir en Ciencia y Tecnología si las potencias lo hacen? Lo cierto es que Mazzucato analizó esta postura: “Deberíamos preguntarnos quién se beneficia con los estereotipos del Estado como algo kafkiano y aburrido, y del sector privado como contraparte dinámica y divertida. Esa imagen caricaturesca del sector público como un ente haragán y burocrático nos ha llevado a concretar alianzas público-privadas muy problemáticas”.

En esta misma línea, la presidenta del CONICET, resaltó: “¿Vamos a darles un pasaje a Ezeiza, como otras veces a los científicos para que se vayan? Nuestros chicos y chicas que se formaron en universidades públicas están formados desde la excelencia. Si no tienen trabajo acá, se van a ir”. Sí, tal como sucedió en la década del 90.

Los logros de Argentina en Ciencia y Tecnología gracias al CONICET

En el último año, el CONICET fue el tercer mayor ingreso económico del país, con más de 7.000 millones de dólares. No solo eso, en la pandemia fue vital con la entrega de kits de rápida resolución para testear el COVID-19, que fueron exportados a nivel mundial, además de la creación de barbijos y métodos de prevención, junto al desarrollo de la vacuna para prevenirla.

Otro de los logros e hitos que logró la Argentina, gracias al CONICET y su importancia, en el último gobierno de Cristina Kirchner, fue el lanzamiento de dos satélites: Arsat-1 y Arsat-2, claves para poder conectar a todos los puntos del país, que, si no fuera por el Estado, quedarían marginados.

Por último, Mazzucato, en esta misma línea, afirma: “Si países como Estados Unidos, Alemania o China, con el apoyo financiero de bancos públicos, no hubieran dirigido inversiones como lo hicieron, no habrían llegado donde están. La direccionalidad en las inversiones es fundamental porque permite crear nuevas demandas que arrastran distintos sectores de la economía. Si no, el mercado es el que decide la dirección. Debemos convertir a las organizaciones estatales en instituciones que aprendan de sus errores y evoluciones. Si queremos más creación de mercado, debemos permitir que las organizaciones públicas tengan un margen para tomar riesgos y para crear cosas nuevas, lo que permitirá que el Estado pueda crear para todos”.

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