Cultura

ALE KURZ: “EL SILENCIO Y EL MOVIMIENTO ME AYUDAN A COMPONER”

El cantante, guitarrista y compositor de El Bordo, Alejandro Kurz dialogó en exclusiva con El Círculo en su visita a Merlo, donde realizó una clínica de composición gratuita. Nos contó acerca de sus inicios en la composición, la búsqueda de estilo y qué cosas tiene en cuenta a la hora de componer. Mira todo lo que nos dijo:

Ale, viniste por primera vez a Merlo a dar una clínica de composición, contanos cómo es la experiencia

-Es una aventura para mí porque es algo que nunca hice. Es algo muy lindo poder contar mi experiencia de cómo me relaciono con la música, cómo la vivo, de dónde salen estas ganas de querer comunicar lo que siento. Para con la música tengo agradecimiento, por acompañarme en el día a día, en las noches de desvelo, en las mañanas y tardes difíciles. La música es un buen amigo que está con nosotros siempre.

¿Qué te parecen este tipo de propuestas que acercan la cultura a la gente y permite brindarles herramientas de manera gratuita?

-Es alucinante, la verdad que es espectacular, es lo que más me sedujo; en estas épocas tan difíciles poder brindarles una alegría en el medio de la semana, un encuentro gratuito en un lindo lugar, en el teatro que tiene un buen sonido. Está buenísimo.

¿Cómo planificaste la clínica?

-Lo planifiqué un poco como “la cocina de las canciones” y los ingredientes que va a tener la receta para llegar a una canción. También interactué con la gente, conté anécdotas de dónde salieron algunos temas míos. Además traje libros que me han inspirado y leí algunos fragmentos que me sirvieron como disparador.

En lo personal, ¿Cómo fue tu acercamiento a la composición? ¿Te acordás cuál fue el primer tema  que escribiste?

-Cuando tenía 7 años mi mamá nos mandó a mi hermano y a mí a una maestra de música que hacía Iniciación Musical, había muchos instrumentos y vos tocabas el que querías. También el que quería podía escribir una canción, no recuerdo qué pero algo escribí. Tiempo después, a los 12 años armé una banda con mi primo y hacíamos todos temas de Nirvana, y tenía ya un par de canciones mías, creo que una se llamaba “Feliz Viaje”. Al poco tiempo le mostré el cassette de Nirvana a Pablo, que es el bajista de El Bordo, y me dijo “¡qué bueno que suena!”, y a los 15 armamos El Bordo.

La búsqueda de estilo, ¿te resultó fácil? ¿Crees que en algún momento puedas virar hacia otro estilo?

-Creo que tiene que ser sincero, siempre tiene que haber una honestidad. Si yo intento cantar una canción de un género que no siento, probablemente no te vaya a gustar, porque no voy a lograr transmitir la esencia de ese género. Siempre hay que hacer lo que uno sienta. Ya vamos 20 años con la banda, ya 7 discos de estudio, creo que ya logramos una cierta estética, una forma de hacer las cosas que las escuchas y decís “ah bueno, ok, esto va de la mano de lo que vienen haciendo últimamente”. Y seguiré experimentando con la música que me vaya gustando a mí. No creo en hacer algo para que le guste a otro, porque no es sincero.

Lo social, ¿es un factor que influye a la hora de componer? ¿Cómo se paran como banda frente a eso?

-Es una linda responsabilidad la de poder decirles a los chicos que piensen por ellos mismos, no decirles qué, sino decir “agarren un libro, averigüen cosas que les interesen, prueben tocar un instrumento, inspírense en películas, salgan a la calle, apaguemos el teléfono un ratito, no nos fijemos cuántos Me Gusta tiene todo porque no pasa por ahí la vida”. A mí lo que me sigue importando es si mi familia me dice si lo que estoy haciendo está bien o está mal, no lo que me dice la gente de afuera. Si hay 20 mil comentarios que me dicen “che hacé esto, pintate el pelo de azul, ¿por qué no tocas el ukelele?”, no les voy a prestar mucha atención.

¿Tenés algún ritual a la hora de componer o algún lugar específico que elijas?

-Dos cosas que me ayudan mucho son el silencio y el movimiento. El silencio porque si tengo música no puedo estar cantando otra música en la cabeza; y el movimiento, generalmente caminar, correr, el movimiento físico. Salir a un parque, a una playa, una montaña. Todos esos lugares suelen tener una energía particular. Me ha pasado de hacer una caminata hace muchos años en el glaciar Perito Moreno y me acuerdo de llegar, ponerme en frente, agarrar un cuaderno y escribir mirándolo. Hay que tener esos momentos de privacidad.

¿Pensás que todos podemos componer?

Creo que todos podemos expresarnos, y tenemos que hacerlo, expresar las cosas que sentimos porque si no las sacas para afuera, a veces se transforman en enfermedades. Hay que transformar los dolores, las cosas negativas, las frustraciones, hay que sacarlas para afuera, decirlas. Es muy útil tener una especie de diario íntimo en el cual ir escribiendo. Eso lo puede hacer cualquiera y yo siempre aliento a que lo hagan. Para que puedas combinar los ingredientes y que la comida quede rica, y que salga una canción que le guste a mucha gente, ni yo tengo la fórmula, no sé por qué pasa eso.

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